miércoles, 18 de octubre de 2017

La Huelga de pilotos es Ilegal

La huelga de pilotos es ilegal: Tribunal Superior de Bogotá

Esta fue la declaración de los jueces laborales, que admitieron los argumentos de Avianca.
La Sala Laboral del Tribunal Superior de Bogotá declaró que la huelga de los pilotos sindicalizados en la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (Acdac) y que afectó durante las últimas dos semanas a más de 300.000 usuarios era ilegal.
Con esto, los jueces laborales admitieron los argumentos de la aerolínea Avianca que consideraban que el cese de actividades no solo tenía serios vicios de forma en la convocatoria sino que estaba afectando un servicio público esencial como es el transporte aéreo.

La demanda fue interpuesta por Avianca en contra de la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (Acdac), que agrupa a más de la mitad de los pilotos de la aerolínea. De estos últimos, vino un recurso de apelación en contra de la decisión, que tendría que ser resuelto en segunda instancia por la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia. 
"La Corte Constitucional ha dado las reglas del derecho a la huelga y esta decisión las pasó por encima", indicó el representante de Acdac.
Desde el miércoles, el Tribunal Superior de Bogotá, Sala Laboral, abrió audiencia pública para escuchar los argumentos de uno y otro lado. La conclusión de los magistrados: "El derecho a la huelga no puede invadir el servicio público esencial".  

La declaratoria en firme de la ilegalidad del paro le confiere facultades a Avianca para despedir a todo aquel que no regrese a trabajar. Sin embargo, paralelamente, una decisión de fondo tendrá que tomarse por parte del Tribunal de Arbitramento convocado para dirmir la controversia por los derechos de los trabajadores. 
Este viernes fueron elegidos los árbitros: María del Carmen Chaín (designado por Acdac); Carlos Ernesto Molina (designado por Avianca). Falta un tercero para el cual se tendrán que poner de acuerdo las partes. Si en 10 días hábiles no hay una decisión, será el Gobierno Nacional el encargado de la designación.  

Por: Rocio Palacio Rivera
Revista semana (2017)recuperado el 18 de octubre dde 2017 sitio webhttp://www.semana.com/economia/articulo/la-huelga-de-pilotos-es-ilegal-tribunal-administrativo-de-bogota/543058

domingo, 8 de octubre de 2017

El movimiento obrero y sindical en el siglo XXI

Por: Jesrel Rivera

El movimiento obrero y sindical en el siglo XXI

Han transcurrido muchos años desde la creación en 1790 del primer Sindicato y del establecimiento en 1864 de la primera Organización Sindical Internacional. El Movimiento Obrero y Sindical ha avanzado extraordinariamente en la obtención de logros e importantes victorias.
          El asunto más importante resuelto gracias a la aparición de los sindicatos, ha sido el descubrimiento de en aquel entonces joven clase, la clase obrera que de inmediato penetró dentro de la vida social, política y sindical de todos los países.

          Aunque hasta el siglo 18 muchas personas creían que el desarrollo social era determinado por reyes, príncipes, dioses y espíritus, comenzaron a darse cuenta que tanto el progreso social como el desarrollo, dependían de la acción conjunta de las masas populares. Para las ciencias sociales, este análisis influyó grandemente en el desarrollo en los siglos 19 y 20.

          La historia de los últimos 60 años es bien conocida. Se han escrito muchos libros sobre el tema al igual que documentos de importancia histórica apoyados en el testimonio de muchos protagonistas contemporáneos que aún viven, por lo cual los hechos históricos no pueden ser desmentidos.

         Durante estos últimos 60 años, la FSM nunca se ha alineado junto a los monopolios ni las corporaciones transnacionales. Nunca ha estado al lado de la burguesía y los imperialistas. Tampoco la FSM ha mantenido una posición neutral. Siempre ha estado al lado de las batallas por los derechos de los trabajadores en el mundo y de los pueblos que lucharon y luchan por la paz, el progreso y la abolición de la explotación del hombre por el hombre.

         En la actualidad, en los albores del siglo XXI, se han producido cambios significativos en el equilibrio mundial. Estos cambios le han proporcionado importantes ventajas a las fuerzas del capital en contra del trabajo. El dominio temporal del capital intensifica la explotación capitalista de los pueblos y de los estados; las riquezas producidas por el trabajo se concentran cada vez más en las manos de las minorías ricas del mundo.

          A comienzos del siglo XXI, vemos que el neo-colonialismo surge nuevamente y de manera reforzada con nuevas características y elementos. En África muchos países se encuentran bajo intensas presiones por parte de EE.UU y lo mismo ocurre con Latinoamérica. En Asia al Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica le preocupa el vertiginoso desarrollo que se viene produciendo en la república Popular China. En los antiguos países socialistas de Europa, la clase obrera se encuentra en un estado feudal. El racismo, el neo-fascismo y la xenofobia están reapareciendo de manera gradual. La revuelta de los inmigrantes en Francia y Estados Unidos, así lo demuestran.

         Utilizando el pretexto de la guerra contra el terrorismo, se han restringido los derechos democráticos y sindicales de los trabajadores; también se han restringido las libertades humanas. Las naciones, pueblos y gobiernos, se ven amenazados. Grupos todopoderosos controlan la prensa capitalista y han impuesto sus términos anti-democráticos de información. Ellos calumnian y manipulan las informaciones, dicen mentiras y concentran grandes ganancias. El FMI y el Banco Mundial son mecanismos capitalistas y sus políticas generan problemas para los pueblos.

            Basados en este democrático y enriquecedor diálogo, las prioridades de la FSM pueden resumirse en 10 aspectos fundamentales. Cada uno de estos principios es, de por si, un tema de esencial importancia que será debatido por la FSM con el objetivo de escuchar desacuerdos y críticas y para desarrollar actividades a nivel ramal, local y regional.

Las actuales diez prioridades de la Federación Sindical Mundial:

           Para poder expresar las demandas de los trabajadores en la actualidad, el Movimiento Sindical deberá guiarse por los principios de la lucha de clase y orientado hacia ella. El estudio de la historia del movimiento obrero de los últimos doscientos años, indica que lo logrado por los trabajadores a nivel mundial, ha sido mediante lucha y esfuerzo. En ninguna parte del mundo, ningún patrón ni ningún gobierno capitalista han resuelto, por iniciativa propia, los problemas de clase. Nuestro movimiento sindical no abraza teorías que rechacen las luchas de clases.

          La Federación Sindical Mundial cree en la independencia de las organizaciones sindicales fuera del marco de los monopolios y de las corporaciones transnacionales. Vivimos en una sociedad dividida en clases, por lo tanto los sindicatos representan a los trabajadores con sus características contemporáneas: una gran coalición de amplias capas populares. Desde el punto de vista organizativo, los sindicatos deben ser independientes de los partidos políticos, es decir deben funcionar por sí mismos y ser autónomos para responder a las políticas gubernamentales que sean dañinas a las capas populares. Deben ser financieramente independientes para no depender de fuentes secretas.

          Existe actualmente un serio inconveniente en los problemas que atañen a las libertades democráticas y sindicales como consecuencia del terror implantado por los patronos y la violencia perpetrada por el Estado.

           La lucha en pos de la democracia y la indetenible actividad sindical, no sólo son constantes sino concretas. En un período de demencia imperialista, la lucha por la paz es para el movimiento de lucha de los trabajadores un objetivo y una tarea primordial. Las primeras víctimas de la agresividad de Estados Unidos y de la OTAN, son los trabajadores y las capas populares. Son asesinados en sus hogares en sus centros de trabajos, se les recarga con las tareas pesadas de la recuperación tras los estragos de la guerra.
         
 La humanidad entera se ha percatado en los últimos quince años de la negativa correlación de fuerzas que domina a las instituciones internacionales como las Naciones Unidas, que legaliza los ilegales actos de agresión de los gobiernos de Estados Unidos.

            La nueva dirigencia de la Federación Sindical Mundial ha evaluado la necesidad de lograr un frente constante contra la burocracia y la élite sindical para volver a ganar en autoridad, confianza y aceptación. La historia nos enseña que los principios de colectividad, crítica, operatividad democrática y competencia, ayudan al movimiento sindical.

          Vivimos en el siglo del conocimiento y la información. Las corporaciones transnacionales tratan de mantener el conocimiento y la especialización, solamente para sus cuadros y dirigentes. Es más imperativa que nunca la necesidad de los trabajadores de tener acceso y derecho al conocimiento, la cultura y la educación. En este contexto, la educación sindicalista, aquella que podría llegar a todos los trabajadores con seminarios, escuelas, grupos e institutos, sería muy útil. La investigación y el conocimiento científico son herramientas necesarias.

            La Federación Sindical Mundial lucha por mejorar las vidas de los trabajadores, resolver su seguridad económica y sus demandas laborales formadas por sus necesidades dependientes de su entorno y momento.

           La Federación Sindical Mundial lucha contra el imperialismo cultural encaminado a la distorsión de la historia sin respeto a las tradiciones, ni a la cultura, ni a las particularidades de cada nación tratando, mediante una propaganda parcializada, de imponer en el mundo entero una sociedad al estilo de la estadounidense. Cada nación, cada país, cada organización sindical, tiene su propia historia, sus propias características. La Federación Sindical Mundial respeta y valora estos elementos y exhorta a la juventud a estudiar la cultura y la historia de sus respectivas naciones.

            La Federación Sindical Mundial, después del décimo quinto congreso sindical mundial, escribe una nueva página en la que afirma estar presta - no obstante las diferencias que pudieran existir en el plano político e ideológico - a cooperar y a colaborar con otras organizaciones sindicales internacionales, con los sindicatos nacionales, regionales y sus homólogos en aras de la promoción de los intereses de los trabajadores del mundo.

          Vivimos en la era de la globalización, cuyo elemento dominante es el neoliberalismo y la acumulación de exceso de poder en manos de unos cuantos. Se ha perdido el equilibrio internacional, pero esperamos que sea temporalmente. Opongámonos a la globalización, globalizando la lucha. La Federación Sindical Mundial, organización que cuenta con más de 60 años de experiencia y actividad, ha renovado actualmente su orientación de clase, lo que constituye una esperanza para revivificar el movimiento sindical a nivel mundial.


https://www.alainet.org/es/active/15315

Latinoamérica en movimiento (SINDICALISMO)

Por: Jesrel Rivera

Latinoamérica en movimiento (SINDICALISMO)

Las dificultades que plantea el uso de las palabras "clase trabajadora" o "movimiento obrero" al hablar, o mejor escribir, de la historia de América Latina a partir del año 1930 resulta una tarea  compleja.
En primer lugar porque la utilización del término clase trabajadora, supone una homogeneidad de origen social, actitud, organización, imposible de justificar en muchos casos. En otros, como en el caso  un fuerte sentimiento de identidad de clase estuvo vinculado a claras orientaciones políticas.
Lo cierto es que ciertas categorías o grupos de trabajadores terminaron definiéndose, o siendo definidos por otros, como una clase trabajadora y las consecuencias de esa definición cultural afectaron y modificaron su forma de pensar el mundo y actuar en él. 
Sin embargo muchos trabajadores latinoamericanos se veían a sí mismos en términos más difusos, dentro de una categoría social mayor: "los pobres", "el pueblo".
Estas formas diversas de identidad social y sus luchas políticas, han sido un elemento fundamental en la organización del movimiento obrero en América Latina, más precisamente los sindicatos.
Para empezar ¿Que es un sindicato? Veamos su significado etimológico: la palabra sindicato tiene sus orígenes en la antigua Grecia. Síndico es un término que empleaban los griegos para denominar al que defiende a alguien en un juicio. Más adelante se utilizó la palabra síndico para denominar aquello que afectaba a la comunidad o que era comunitario. La palabra está formada por el prefijo syn, que significa "con", más dike que quiere decir "justicia".
Es así como la palabra sindicato deriva de síndico y de su equivalente latino syndicus que significa "con justicia"; así se le designaba a la persona encargada de defender los intereses de un grupo de personas, o sea el procurador dedicado a la defensa de una corporación.
Desde la definición más estricta del Derecho Colectivo del Trabajo, el sindicato es una forma asociativa con características peculiares que nace del interés colectivo explícito de una pluralidad de personas para llevar adelante la realización de intereses considerados comunes.
La importancia de la política gubernamental siempre ha sido alta para los trabajadores organizados en América Latina y ha hecho que el interlocutor directo fuese el estado más que la patronal. Los actos de los sindicatos han ido dirigidos mayormente al estado, y las estrategias básicamente han sido de enfrentamiento o cooperación.
En los años treinta y cuarenta las exigencias de ampliación de la ciudadanía estuvieron estrechamente vinculadas a las luchas a favor de la institucionalización de los sindicatos obreros, que se consideraron a sí mismos como los representantes de las aspiraciones de una entidad mayor: “el pueblo”. La ciudadanía significaba, además del derecho al voto (masculino), el derecho a la dignidad personal y a un nivel de vida apropiado.
Las repercusiones políticas de la crisis económica de 1929 afectaron profundamente a la población trabajadora de América Latina al surgir la industrialización por sustitución de importaciones, cambiando la manera de centrar la atención en los conflictos políticos y económicos.
En el terreno político se lanzó una ofensiva general contra la dominación oligárquica y los sindicatos debieron reorientarse de acuerdo con estos nuevos movimientos políticos.
Durante ese periodo los líderes socialistas ocuparon la posición dominante dentro del sindicalismo , sobre todo en los sindicatos ferroviarios. Pero también los comunistas lograron un avance importante en los sindicatos de la industria cárnica, la construcción, textiles y metalúrgicos.
Atrás quedaba la fase de un “sindicalismo heroico”, combativo y contestatario formado por inmigrantes de la Europa pobre, que venían huyendo del hambre pero también de las experiencias autoritarias en sus países de origen, y que trajeron consigo un rechazo casi genético a la autoridad y que protagonizaron reclamos organizados inéditos en el contexto latinoamericano como las huelgas de la Patagonia liderada por los anarquistas.
Cuando Perón asumió la Secretaria de Trabajo y Previsión en 1943, estableció una serie de derechos laborales y logro encolumnar a casi todos los sindicatos bajo el paraguas del estado.
La estrategia peronista consistió en hostigar a los sindicatos independientes (léase no peronistas), fundar sindicatos paralelos y utilizar la influencia del Ministerio de Trabajo para recompensar con aumentos salariales a los sindicatos peronistas. El precio pagado por los sindicatos fue la paulatina sumisión al estado y la señal más clara de esto fue la promulgación de los “derechos del trabajador” que no contemplaba el derecho a huelga.
Basta recordar el desmantelamiento de la red ferroviaria y el aumento del comercio regional en el Mercosur para encontrar a los primeros en el crecimiento del gremio de los camioneros; y el achicamiento del rol del estado para encontrar a los segundos, docentes y estatales. No es casual que la CTA haya surgido de allí.
A esta altura queda claro que el sindicalismo argentino no da puntadas sin hilo. A las clásicas concesiones, por cierto bien peronistas, como el monopolio de la conducción, el control de las obras sociales y el manejo de enormes recursos, surgieron otras nuevas de inspiración menemistas como la participación de los sindicatos en nuevos negocios: trenes, salud, aseguradoras de riesgo de trabajo, etc. Nacía el sindicalista-empresario negociador del sudor de sus representados.
Tras la crisis de los años 2001 y 2002 el país se puso en pie de movilización, se levantaron sus sectores más vulnerados, los pobres más pobres, los in-visibles. Por la misma época en el resto de Latinoamérica y antes también, surgieron los llamados movimientos sociales, que no son representados por ningún sindicato por la sencilla razón de no tener trabajo.
El panorama actual del sindicalismo  es más impredecible de lo que parece, por lo menos en su relación con “los peronismos”. kirchnerismo, hoy Cristinismo, es un fenómeno que según los analistas, no encaja en ningún parámetro de la ortodoxia sociológica y politológica y que no tiene parangón en ninguna parte del mundo.
Además de la escasa renovación en la dirigencia poco han implementado en sus estrategias que siguen siendo las viejas de colaboración o enfrentamiento. También mantienen sus viejas estructuras. En primer lugar un sindicalismo que, salvo excepciones, es verticalista, acumulador de poder, escasamente democrático, negador del rol de las minorías (esto incluye a las mujeres).
Desde los comienzos de la organización del movimiento obrero, el camino recorrido por los sindicatos ha sido sinuoso y no exento de escollos. Las conquistas obtenidas por los trabajadores inmensas. Mucho se ha conseguido, es verdad y también queda mucho por hacer; empezando por legitimar la ostentación del título de representantes de los intereses comunes de los trabajadores.
Nadie pone en duda que el sindicato es una categoría socio- histórica y que, como tal, sufre ambiguos procesos de formación y transformación a medida que hace su historia y se transforma la sociedad de la que es expresión parcial.
Forman parte de la historia de una sociedad concreta, que se encuentra a su vez en continuo proceso de cambio, y el contexto en que se desarrollan impone límites y restricciones a sus estrategias.
No se intentó en estas páginas poner en categorías de "bueno" y "malo" a los sindicatos ni a sus estrategias y formas de actuación. Sí poner en relieve, por un lado, la posibilidad de ver que en nuestro país han existido cambios sustantivos que fueron acompañados por actores sociales que, al mismo tiempo, y como si se tratara de una burla del destino, se han visto claramente perjudicados. Nos referimos al conjunto de los trabajadores y sus organizaciones.
Los costos políticos internos pagados por el sindicalismo  ha sido, creemos, demasiado alto: desafección de las bases, caída de la participación, desaparición de listas alternativas, baja participación en las elecciones. Costos que, por otro lado, presumimos, no se compensan con los beneficios que pudo haber obtenido.
Por otro lado creemos que sí hubieron dirigentes gremiales dispuestos defender el interés de sus representados, no por su “bondad”, sino por contar con canales abiertos de participación y discusión que hacen imposible la imposición unilateral de decisiones y estrategias.

BIBLIOGRAFÍA  ·      
·         “Historia Latinoamericana 1700-2005”.
Gallego, Eggers-Brass, Gil Lozano.
Editorial Maipue.
·         “Estudios sobre los orígenes del peronismo”
Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero.
Editorial siglo veintiuno editores Argentina.
·         “Historia de América Latina” “Política y sociedad desde 1930”
Leslie Bethell. Tomo 12.

 Editorial Cambridge University Press. Crítica.

miércoles, 4 de octubre de 2017

¿Es posible que los servidores públicos puedan constituir sindicatos?

Blu Radio. Congreso de la República / Foto: Senado de la RepúblicaBlu Radio. Congreso de la República / Foto: Senado de la República

Un servidor público es aquel trabajador que brinda un servicio social, es decir que lo que realiza beneficia a otras personas y no genera ganancias privadas.


Juliana Morat, experta en derecho laboral y seguridad social, habló en BLU Al Derecho sobre la constitución de sindicatos y pliegos de peticiones en los servidores públicos del país.

“Actualmente, es claro, que en el sector público los empleados sí pueden presentar pliegos de solicitudes y sentarse con sus respectivas entidades empleadoras en una mesa de negociación”, explicó.

Morat mencionó que, en ese sentido, es importante aclarar que quienes ostentan una posición directiva no pueden sentarse a dialogar porque estarían representando directamente el interés del empleador y a su vez demandando su interés.

“Al momento de sentarse a negociar, tanto entidades como organizaciones sindicales tienen que ser muy respetuosas del presupuesto porque estamos hablando del erario público y este no tiene la misma libertad que el sector privado”, agregó la experta.

Asimismo, dijo que en el sector público solo se puede presentar un pliego y solo puede haber una mesa de negociación, mientras que en el sector privado no necesariamente debe ser así.

Finalmente, puntualizó que la mesa de negociación se desarrolla durante 20 días que son prorrogables durante 20 días más.

Bibliografia https://www.bluradio.com/judicial/es-posible-que-los-servidores-publicos-puedan-constituir-sindicatos

Editado por : Andrea Sanchez Lopez

jueves, 28 de septiembre de 2017

Vídeo Didáctico( Sindicato): Colombia este es el Camino


¿Cuáles son los sindicatos más conocidos en Colombia?

Por: Jesrel Rivera

¿Cuáles son los sindicatos más conocidos en Colombia?

Sin lugar a dudas hay bastantes sindicatos en nuestro país, razón por la cual queremos destacar los más grandes, no queremos decir los más importantes porque hacerlo le quitaría valor a esto y la existencia de cada uno sin importar cuan reconocida sea la empresa, todos tienen el mismo objetivo que es buscar el bien común de todos los funcionarios. Entre los más destacados encontramos:

  •          Unión Sindical Obrera (USO)
  •         Federación Colombiana de Educadores (FECODE)
  •          Central Unitaria de Trabajadores (CUT)
  •          Sindicato Nacional de Taxistas 
  •         Unión Nacional de Empleados Bancarios (UNEB)
  •         Confederación de Trabajadores de Colombia
  •          Sindicato de la Rama Judicial
  •          Central Unitaria de Trabajadores de Colombia
  •          Sindicato del Inpec
  •         Confederación General del Trabajo (CGT)
  •         Federación Nacional de Trabajadores del Esta
  •          Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria
  •          Sindicato Nacional de la Industria Metalúrgica
  •          Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria de Alimentos
  •         Sindicato Único de Trabajadores de la Industria de los Materiales de la construcción


Esta es una pequeña muestra de la cantidad de sindicatos presentes en nuestro país, según el Ministerio de trabajo entre el año 2013 y 2014 fueron registrados 564 sindicatos en Colombia, de los cuales 450 eran del sector privado y 114 del sector público.

REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

            Grupo Estudiantil Anarquista. (S.f). Organizaciones Obreras y Sindicales. [Entrada de blog]. Recuperado de https://grupoestudiantilanarquista.wordpress.com/organizaciones-obreras-y-sindicales/

Tipos de sindicato en Colombia

Por: Jesrel Rivera

Tipos de sindicato en Colombia

A la hora de formar un sindicato hay que saber cuál es el sindicato que habrá de formarse según los requisitos para cada uno. Articulo. 356 CST. 
Los sindicatos se clasifican: 

a) De empresa 
b) De industria o por rama de actividad 
c) Gremiales 
d) De oficios varios

Sindicato de empresa: Están formados por individuos de varias profesiones, oficios o especialidades, que prestan sus servicios en una misma empresa, establecimiento o institución. 
Sindicato de industria o por Rama de actividad económica: Están formados por individuos que prestan sus servicios en varias empresas de la misma industria o rama de actividad económica. 
Sindicatos gremiales: Están formados por individuos de una misma profesión, oficio o especialidad. 
Sindicato de oficios varios: Están formados por trabajadores de diversas profesiones, disímiles o inconexas. Estos últimos sólo pueden formarse en los lugares donde no haya trabajadores de una misma actividad, profesión u oficio en número mínimo requerido para formar uno gremial y solo mientras subsista esta circunstancia. 

Los sindicatos en Colombia se encuentran estructurados en primer, segundo y tercer grado.

            Sindicatos de primer grado: sindicatos de empresa, gremiales, de industria o actividad económica, generales o de oficios varios.
Sindicatos de segundo grado: sindicatos formados por otros sindicatos, es decir, agremiaciones de sindicatos, más conocidos como federaciones. Toda federación local o regional de trabajadores debe constituirse con un número no inferior a 10 sindicatos afiliados y toda federación nacional, profesional o industrial, no menos de 20 sindicatos afiliados.
Sindicato de tercer grado: en este nivel se encuentran las agremiaciones de federaciones, es decir, las confederaciones.
Bibliografía: código sustantivo del trabajo disponible en:


martes, 19 de septiembre de 2017

Alerta empresarial por ajustes a la normatividad laboral

En el paquete de normas que el Gobierno presentará al Congreso para cumplir con lo establecido en el acuerdo de paz con las Farc, los temas laborales no se quedan por fuera. El Ministerio de Trabajo tiene listo un proyecto de ley por el cual se regula la celebración de pactos colectivos.

Simultáneamente, prepara otros dos decretos. Uno, tiene que ver con el estímulo a las negociaciones colectivas por rama de actividad, y el otro pretende fortalecer la representatividad sindical al interior de las empresas.


En el caso del primero, que el Gobierno tiene la intención de tramitar en el Legislativo un proyecto que regula los pactos colectivos.

Jaime Pinzón, director de la firma de abogados laboralistas Pinzón Quintero, quien representa a varias empresas, advierte que esta iniciativa deroga el artículo 481 del Código Sustantivo del Trabajo y es motivo de preocupación para el sector privado en vista de que la ven la intención de la desaparición de esa figura.

A su juicio, el pacto colectivo y las convenciones son formas de negociación. Si los trabajadores son sindicalizados los acuerdos quedan plasmados en una convención colectiva, mientras que si no son sindicalizados la negociación se concreta en lo que se denomina un pacto colectivo. 
Desde su punto de vista, este proyecto que presentará el Gobierno va en contra de normas constitucionales. 

Sostiene, es que la Corte ha avalado la negociación tanto de pactos como de convenciones. Igualmente, considera que se vulnera el derecho a asociación en el sentido de que un trabajador tiene derecho a afiliarse o no a una organización sindical. 

Por su parte, el Gobierno en su exposición de motivos dice en el proyecto que “la negociación colectiva entre empleadores y representantes de trabajadores no sindicalizados atenta contra el principio de promoción de la negociación colectiva, debilita la conformación de sindicatos, disminuye la capacidad de negociación efectiva de los sindicatos, y constituye una práctica discriminatoria de los trabajadores sindicalizados”.

Este tema, junto con los otros dos decretos que se alistan, hacen parte de una agenda legislativa que tenía lista la cartera laboral y que aboga porque el país avance hacia el Trabajo Decente, compromiso consignado en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. Igualmente, está en línea con los ajustes a los que se comprometía el Gobierno en el marco del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

Sin embargo, el tema de los pactos colectivos decidió ahora tramitarse por el llamado ‘fast track’, lo que evitará el debate amplío y el estudio a fondo en el Congreso, según explicó el abogado Jaime Pinzón.

DECRETOS, EN REDACCIÓN

El Ministerio de Trabajo alista también un decreto que estimula la negociación colectiva en rama.

Al respecto, argumenta que “se pretende que tanto empleadores como trabajadores converjan de manera concertada en beneficios que superen los mínimos establecidos en la Ley, beneficios estos que se circunscriben entre otros, a la asignación salarial, prestaciones extralegales y demás que repercutan en una mejoría de su calidad de vida y que deberán aplicarse a todos los trabajadores de determinado sector o rama de la economía”.

Al respecto, las empresarios no ven con buenos ojos la medida por considerar que, en primer lugar, se impone que los beneficios convencionales o salariales solo sean para quienes estén sindicalizados. 

Igualmente, observan que se imponen acuerdos laborales a empresas, de todos los tamaños, sin tener en cuenta si tienen la capacidad para soportar las conquistas de lo que logre el sindicato de industria. Incluso, hablan de que la medida puede ser amenaza a la libertad de empresa.

Por último, el Gobierno tramita una norma sobre representatividad para fortalecer la negociación colectiva. Dispone que “las organizaciones sindicales más representativas, en el marco de la negociación colectiva podrán, entre otras cosas, fijar las condiciones de trabajo y empleo o regular las relaciones entre empleadores y trabajadores. 

Para los empresarios la iniciativa es favorable porque facilita y agiliza las negociaciones colectivas.

Inquietud en el sector privado

Los gremios están pendientes del paquete de normas que presentará el Gobierno en los próximo día.

En lo que tiene que ver con el Ministerio de Trabajo, el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Guillermo Botero, dijo que la propuesta oficial es preocupante porque las empresas “deberían tener el derecho de ponerse de acuerdo con sus trabajadores sin necesidad de sindicatos”. 

Adicionalmente, cuestiona y, considera grave, que el Gobierno quiera tramitar el proyecto cobijado en la legislación de paz para que nadie pueda opinar. Igualmente, comentó que los gremios, que representan a los empresarios, están a la espera de que la ministra de Trabajo, Clara López, explique las medidas en la sesión de la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales que sesionará en los próximos días. 

Agregó que el Consejo Gremial está trabajando en el análisis de 150 iniciativas que alista el el Gobierno.
Publicado por: Rocio Palacio
Portafolio (2017,Marzo).Alerta empresarial por ajustes a la normatividad laboral.Recuperado el 19 de septiembre de 2017, del sitio web portafolio: http://www.portafolio.co/economia/empresarios-en-alerta-por-normatividad-laboral-503906

lunes, 11 de septiembre de 2017

HISTORIA DE LOS SINDICATOS

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A las industrias que se habían venido creando desde finales del siglo XIX, se fueron agregando otras a partir del gobierno del General Rafael Reyes, quien utilizó los mecanismos del Estado para implantar el proteccionismo aduanero que hiciera posible la creación de incentivos como mecanismo destinado a orientar los ahorros del país hacia la industrialización, apareciendo así una serie de empresas, muchas de las cuales subsisten aún, con lo cual se hizo posible una expansión manufacturera continuada a una tasa media del 5% anual que bajó al 3% entre 1925 y 1930. Nacieron en esta época: Telares Medellín (1909), Coltejer (1908), Obregón y Cervecería Bolívar (1908), Cementos Samper (1909) y otras manufacturadoras de grasas, empaques, cigarrillos, vidrio y cemento, de las cuales pocas de ellas utilizaron nuestras materias primas agrícolas.
Así mismo, surgieron las compañías extranjeras encargadas de la explotación de petróleo y otros minerales y también las productoras y exportadoras de banano.
El movimiento económico, el surgimiento de organizaciones laborales y los conflictos agrarios que se fueron generalizando, resquebrajaron cada vez más el sistema hacendario, llevando al país hacia el capitalismo que demandaba cada día mayor mano de obra asalariada, frente a las clases adineradas que persistían en mantener los privilegios y prebendas y en acrecentar su afán de lucro.
Y dentro de este marco de formación capitalista que vino a incrementar las tensiones de los trabajadores agravadas luego por la estrechez económica producida a consecuencia de la primera guerra mundial, surgieron en Colombia los primeros sindicatos
Los primeros sindicatos y sus características.

Como antecedente mediato de la organización sindical en Colombia, se pueden citar las sociedades  aparecidas a mediados del siglo XIX,
Luego aparecerían las agrupaciones sindicales, constituidas como unas instituciones religiosas y políticas, a las cuales no fueron ajenos ni el partido liberal colombiano ni el “ partido socialista de esa época”, el primero de los cuales en la Convención de Ibagué de 1922 adoptó plataformas socialistas y orientaciones que más tarde tendrían repercusiones en la llamada República Liberal.
Más tarde en el año de 1909 la agrupación sindical formada por sastres, zapateros y otros artesanos, bajo el nombre de “Sociedad de Artesanos de Sonsón”, fue reconocida por el gobierno, siendo al parecer la Iglesia su promotora, lo cual explicaría el que posteriormente fuera una de las agrupaciones afiliadas a la U.T.C.
Además de los sindicatos ya mencionados, deben mencionarse otros como el “Sindicato Agrícola de Fresno”, Tolima (1910), el “Sindicato Nacional de Obreras de la Aguja” (1910), el “Sindicato Central Obrero” (1917) y el “Sindicato de Profesores y Maestros del Tolima” (1918). De los anteriormente citados se destacó el “Sindicato Central Obrero” cuya organización inicial fue de carácter artesanal y mutualista, y desempeñó “un papel notable por aquel tiempo en las luchas de los trabajadores, apoyando activamente luego, por influencia de su acción socialista moderada, al candidato presidencial del partido liberal en 1921, General Benjamín Herrera
las grandes huelgas de los años 20

Creacion del partido comunista Colombiano
En 1914 fue elegido José Vicente Concha, a quien correspondió, como jefe de Estado, afrontar las consecuencias de la primera guerra mundial. Debido a la crisis internacional ocasionada por la guerra, los mercados externos se cerraron y las cosechas de café no tuvieron demanda en el exterior. Así mismo, se redujeron las importaciones.

También se presentaron dificultades internas al estallar un movimiento indigenista en Tolima y Cauca, mediante el cual los indígenas pretendían frenar la expansión de las haciendas y el despojo de sus tierras por parte de los grandes terratenientes.
El líder de este movimiento fue Manuel Quintín Lame.
Los capitales procedentes de las exportaciones cafeteras se invirtieron en la ampliación y modernización de las de las redes de comunicación, en importaciones y algunos de ellos sirvieron para financiar nuestras primeras industrias manufactureras.

Sin embargo, pese a la prosperidad económica derivada del café, la economía continuó orientada hacia el exterior y con muy poco desarrollo interno: Colombia no se había industrializado aún y dependía de los países desarrollados que le proporcionaban los productos industriales que no se producían en el país. Además, desde esa época, la economía se consolidó como una economía mono-exportadora, altamente dependiente de los precios del producto en el mercado internacional.
A la agitación en los campos se sumó la agitación social en las ciudades. El incipiente proceso de industrialización y las obras públicas relacionadas con la construcción de vías habían permitido el surgimiento de un grupo de obreros urbanos algunos de los cuales se organizaron en sindicatos para defender sus derechos y luchar por el mejoramiento de sus condiciones de vida.
La mayoría de estos sindicatos recibieron influencia de las ideas socialistas y fueron prohibidos por el gobierno.
En 1918, los trabajadores portuarios de Santa Marta, Barranquilla y Cartagena llevaron a cabo una huelga, gracias a la cual consiguieron algún reajuste en sus salarios.

El éxito de este movimiento sirvió de ejemplo para que los obreros de otras regiones del país utilizaran la huelga como medio para presionar al Gobierno y a los empresarios para que les fueran concedidas sus peticiones salariales. El Gobierno condenaba las huelgas y el partido liberal no se atrevía a apoyarlas. En 1919, los líderes de los sindicatos organizados se reunieron en Bogotá y crearon el partido socialista.
Estos acontecimientos ocurrieron durante el gobierno de Marco Fidel Suárez, elegido para el período 1918-1922. Entre tanto, el Gobierno se preocupaba por presionar a los Estados Unidos para que aprobara el tratado Urrutia-Thompson y pagara la indemnización. El tratado fue aprobado finalmente en 1921, poco después de que nuestro gobierno reformó algunas leyes relacionadas con la explotación del petróleo colombiano. Las nuevas leyes favorecieron a las empresas norteamericanas interesadas en extraer petróleo en nuestro país.
Pese a las dificultades que tuvo que afrontar, la administración Suárez logró finalizar la construcción de algunos ferrocarriles y establecer la comunicación aérea entre varias regiones del país. La aviación comercial se inició en Colombia gracias a un pacto firmado entre los gobiernos de Colombia y Alemania para la creación de una línea aérea comercial llamada SCADTA, que más tarde se convertiría en la empresa Avianca.
La construcción de vías de comunicación continuó durante el gobierno de Pedro Nel Ospina y sus proyectos fueron favorecidos por el pago de los 25 millones de dólares prometidos por el gobierno de los Estados Unidos en el tratado Urrutia-Thompson.
Durante este período el Gobierno colombiano recibió una misión norteamericana cuyo objetivo era proporcionar asistencia para la creación de un sistema financiero moderno.
Con la colaboración de la misión Kemmerer se crearon el Banco de la República, la Superintendencia Bancaria y la Contraloría General de la República.

En 1924, el Partido Socialista dirigió la primera de las tres grandes huelgas que se sucedieron en el país en los años 20. En ese año, los trabajadores de la Tropical Oil Company, compañía norteamericana que explotaba petróleo en la zona oriental, declararon la huelga general para conseguir mejores condiciones de trabajo y aumentos salariales.
La huelga fue reprimida y los trabajadores no lograron ninguna de sus peticiones. En 1927 declararon una segunda huelga que, al igual que en la primera, fue rechazada por el gobierno que brindó apoyo a la compañía.
Este hecho aumentó el desprestigio del gobierno conservador entre los obreros.
Ospina fue sucedido en la presidencia por Miguel Abadía Méndez. Para esa época, la oposición al conservatismo era ya bastante fuerte por la forma como los gobiernos se habían comportado frente a las huelgas.
En 1928, los trabajadores de la United Fruit Company se lanzaron a una huelga general para protestar contra las pésimas condiciones de trabajo que existían en la zona bananera. El gobierno de Abadía Méndez ofreció apoyo militar a la compañía y en noviembre de ese año el ejército recibió la orden de disparar contra una multitud de manifestantes reunidos en la plaza de Ciénaga.
Este acontecimiento, conocido como la masacre de las bananeras, produjo una gran reacción en todo el país y fue severamente criticado por algunos líderes del partido liberal, entre ellos Jorge Eliécer Gaitán.
Al desprestigio causado por la represión del movimiento obrero se aumentó la crítica de los liberales a la forma como los gobiernos conservadores habían conducido la economía. Para las elecciones de 1930 el conservatismo se presentó dividido y fue derrotado.
Con la elección de Enrique Olaya Herrera se inició un nuevo período conocido en nuestra historia como la república liberal.

PUBLICADO POR ANDREA SANCHEZ LOPEZ 
https://www.gerencie.com/historia-de-los-sindicatos-en-colombia.html



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