miércoles, 18 de octubre de 2017

La Huelga de pilotos es Ilegal

La huelga de pilotos es ilegal: Tribunal Superior de Bogotá

Esta fue la declaración de los jueces laborales, que admitieron los argumentos de Avianca.
La Sala Laboral del Tribunal Superior de Bogotá declaró que la huelga de los pilotos sindicalizados en la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (Acdac) y que afectó durante las últimas dos semanas a más de 300.000 usuarios era ilegal.
Con esto, los jueces laborales admitieron los argumentos de la aerolínea Avianca que consideraban que el cese de actividades no solo tenía serios vicios de forma en la convocatoria sino que estaba afectando un servicio público esencial como es el transporte aéreo.

La demanda fue interpuesta por Avianca en contra de la Asociación Colombiana de Aviadores Civiles (Acdac), que agrupa a más de la mitad de los pilotos de la aerolínea. De estos últimos, vino un recurso de apelación en contra de la decisión, que tendría que ser resuelto en segunda instancia por la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia. 
"La Corte Constitucional ha dado las reglas del derecho a la huelga y esta decisión las pasó por encima", indicó el representante de Acdac.
Desde el miércoles, el Tribunal Superior de Bogotá, Sala Laboral, abrió audiencia pública para escuchar los argumentos de uno y otro lado. La conclusión de los magistrados: "El derecho a la huelga no puede invadir el servicio público esencial".  

La declaratoria en firme de la ilegalidad del paro le confiere facultades a Avianca para despedir a todo aquel que no regrese a trabajar. Sin embargo, paralelamente, una decisión de fondo tendrá que tomarse por parte del Tribunal de Arbitramento convocado para dirmir la controversia por los derechos de los trabajadores. 
Este viernes fueron elegidos los árbitros: María del Carmen Chaín (designado por Acdac); Carlos Ernesto Molina (designado por Avianca). Falta un tercero para el cual se tendrán que poner de acuerdo las partes. Si en 10 días hábiles no hay una decisión, será el Gobierno Nacional el encargado de la designación.  

Por: Rocio Palacio Rivera
Revista semana (2017)recuperado el 18 de octubre dde 2017 sitio webhttp://www.semana.com/economia/articulo/la-huelga-de-pilotos-es-ilegal-tribunal-administrativo-de-bogota/543058

domingo, 8 de octubre de 2017

El movimiento obrero y sindical en el siglo XXI

Por: Jesrel Rivera

El movimiento obrero y sindical en el siglo XXI

Han transcurrido muchos años desde la creación en 1790 del primer Sindicato y del establecimiento en 1864 de la primera Organización Sindical Internacional. El Movimiento Obrero y Sindical ha avanzado extraordinariamente en la obtención de logros e importantes victorias.
          El asunto más importante resuelto gracias a la aparición de los sindicatos, ha sido el descubrimiento de en aquel entonces joven clase, la clase obrera que de inmediato penetró dentro de la vida social, política y sindical de todos los países.

          Aunque hasta el siglo 18 muchas personas creían que el desarrollo social era determinado por reyes, príncipes, dioses y espíritus, comenzaron a darse cuenta que tanto el progreso social como el desarrollo, dependían de la acción conjunta de las masas populares. Para las ciencias sociales, este análisis influyó grandemente en el desarrollo en los siglos 19 y 20.

          La historia de los últimos 60 años es bien conocida. Se han escrito muchos libros sobre el tema al igual que documentos de importancia histórica apoyados en el testimonio de muchos protagonistas contemporáneos que aún viven, por lo cual los hechos históricos no pueden ser desmentidos.

         Durante estos últimos 60 años, la FSM nunca se ha alineado junto a los monopolios ni las corporaciones transnacionales. Nunca ha estado al lado de la burguesía y los imperialistas. Tampoco la FSM ha mantenido una posición neutral. Siempre ha estado al lado de las batallas por los derechos de los trabajadores en el mundo y de los pueblos que lucharon y luchan por la paz, el progreso y la abolición de la explotación del hombre por el hombre.

         En la actualidad, en los albores del siglo XXI, se han producido cambios significativos en el equilibrio mundial. Estos cambios le han proporcionado importantes ventajas a las fuerzas del capital en contra del trabajo. El dominio temporal del capital intensifica la explotación capitalista de los pueblos y de los estados; las riquezas producidas por el trabajo se concentran cada vez más en las manos de las minorías ricas del mundo.

          A comienzos del siglo XXI, vemos que el neo-colonialismo surge nuevamente y de manera reforzada con nuevas características y elementos. En África muchos países se encuentran bajo intensas presiones por parte de EE.UU y lo mismo ocurre con Latinoamérica. En Asia al Gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica le preocupa el vertiginoso desarrollo que se viene produciendo en la república Popular China. En los antiguos países socialistas de Europa, la clase obrera se encuentra en un estado feudal. El racismo, el neo-fascismo y la xenofobia están reapareciendo de manera gradual. La revuelta de los inmigrantes en Francia y Estados Unidos, así lo demuestran.

         Utilizando el pretexto de la guerra contra el terrorismo, se han restringido los derechos democráticos y sindicales de los trabajadores; también se han restringido las libertades humanas. Las naciones, pueblos y gobiernos, se ven amenazados. Grupos todopoderosos controlan la prensa capitalista y han impuesto sus términos anti-democráticos de información. Ellos calumnian y manipulan las informaciones, dicen mentiras y concentran grandes ganancias. El FMI y el Banco Mundial son mecanismos capitalistas y sus políticas generan problemas para los pueblos.

            Basados en este democrático y enriquecedor diálogo, las prioridades de la FSM pueden resumirse en 10 aspectos fundamentales. Cada uno de estos principios es, de por si, un tema de esencial importancia que será debatido por la FSM con el objetivo de escuchar desacuerdos y críticas y para desarrollar actividades a nivel ramal, local y regional.

Las actuales diez prioridades de la Federación Sindical Mundial:

           Para poder expresar las demandas de los trabajadores en la actualidad, el Movimiento Sindical deberá guiarse por los principios de la lucha de clase y orientado hacia ella. El estudio de la historia del movimiento obrero de los últimos doscientos años, indica que lo logrado por los trabajadores a nivel mundial, ha sido mediante lucha y esfuerzo. En ninguna parte del mundo, ningún patrón ni ningún gobierno capitalista han resuelto, por iniciativa propia, los problemas de clase. Nuestro movimiento sindical no abraza teorías que rechacen las luchas de clases.

          La Federación Sindical Mundial cree en la independencia de las organizaciones sindicales fuera del marco de los monopolios y de las corporaciones transnacionales. Vivimos en una sociedad dividida en clases, por lo tanto los sindicatos representan a los trabajadores con sus características contemporáneas: una gran coalición de amplias capas populares. Desde el punto de vista organizativo, los sindicatos deben ser independientes de los partidos políticos, es decir deben funcionar por sí mismos y ser autónomos para responder a las políticas gubernamentales que sean dañinas a las capas populares. Deben ser financieramente independientes para no depender de fuentes secretas.

          Existe actualmente un serio inconveniente en los problemas que atañen a las libertades democráticas y sindicales como consecuencia del terror implantado por los patronos y la violencia perpetrada por el Estado.

           La lucha en pos de la democracia y la indetenible actividad sindical, no sólo son constantes sino concretas. En un período de demencia imperialista, la lucha por la paz es para el movimiento de lucha de los trabajadores un objetivo y una tarea primordial. Las primeras víctimas de la agresividad de Estados Unidos y de la OTAN, son los trabajadores y las capas populares. Son asesinados en sus hogares en sus centros de trabajos, se les recarga con las tareas pesadas de la recuperación tras los estragos de la guerra.
         
 La humanidad entera se ha percatado en los últimos quince años de la negativa correlación de fuerzas que domina a las instituciones internacionales como las Naciones Unidas, que legaliza los ilegales actos de agresión de los gobiernos de Estados Unidos.

            La nueva dirigencia de la Federación Sindical Mundial ha evaluado la necesidad de lograr un frente constante contra la burocracia y la élite sindical para volver a ganar en autoridad, confianza y aceptación. La historia nos enseña que los principios de colectividad, crítica, operatividad democrática y competencia, ayudan al movimiento sindical.

          Vivimos en el siglo del conocimiento y la información. Las corporaciones transnacionales tratan de mantener el conocimiento y la especialización, solamente para sus cuadros y dirigentes. Es más imperativa que nunca la necesidad de los trabajadores de tener acceso y derecho al conocimiento, la cultura y la educación. En este contexto, la educación sindicalista, aquella que podría llegar a todos los trabajadores con seminarios, escuelas, grupos e institutos, sería muy útil. La investigación y el conocimiento científico son herramientas necesarias.

            La Federación Sindical Mundial lucha por mejorar las vidas de los trabajadores, resolver su seguridad económica y sus demandas laborales formadas por sus necesidades dependientes de su entorno y momento.

           La Federación Sindical Mundial lucha contra el imperialismo cultural encaminado a la distorsión de la historia sin respeto a las tradiciones, ni a la cultura, ni a las particularidades de cada nación tratando, mediante una propaganda parcializada, de imponer en el mundo entero una sociedad al estilo de la estadounidense. Cada nación, cada país, cada organización sindical, tiene su propia historia, sus propias características. La Federación Sindical Mundial respeta y valora estos elementos y exhorta a la juventud a estudiar la cultura y la historia de sus respectivas naciones.

            La Federación Sindical Mundial, después del décimo quinto congreso sindical mundial, escribe una nueva página en la que afirma estar presta - no obstante las diferencias que pudieran existir en el plano político e ideológico - a cooperar y a colaborar con otras organizaciones sindicales internacionales, con los sindicatos nacionales, regionales y sus homólogos en aras de la promoción de los intereses de los trabajadores del mundo.

          Vivimos en la era de la globalización, cuyo elemento dominante es el neoliberalismo y la acumulación de exceso de poder en manos de unos cuantos. Se ha perdido el equilibrio internacional, pero esperamos que sea temporalmente. Opongámonos a la globalización, globalizando la lucha. La Federación Sindical Mundial, organización que cuenta con más de 60 años de experiencia y actividad, ha renovado actualmente su orientación de clase, lo que constituye una esperanza para revivificar el movimiento sindical a nivel mundial.


https://www.alainet.org/es/active/15315

Latinoamérica en movimiento (SINDICALISMO)

Por: Jesrel Rivera

Latinoamérica en movimiento (SINDICALISMO)

Las dificultades que plantea el uso de las palabras "clase trabajadora" o "movimiento obrero" al hablar, o mejor escribir, de la historia de América Latina a partir del año 1930 resulta una tarea  compleja.
En primer lugar porque la utilización del término clase trabajadora, supone una homogeneidad de origen social, actitud, organización, imposible de justificar en muchos casos. En otros, como en el caso  un fuerte sentimiento de identidad de clase estuvo vinculado a claras orientaciones políticas.
Lo cierto es que ciertas categorías o grupos de trabajadores terminaron definiéndose, o siendo definidos por otros, como una clase trabajadora y las consecuencias de esa definición cultural afectaron y modificaron su forma de pensar el mundo y actuar en él. 
Sin embargo muchos trabajadores latinoamericanos se veían a sí mismos en términos más difusos, dentro de una categoría social mayor: "los pobres", "el pueblo".
Estas formas diversas de identidad social y sus luchas políticas, han sido un elemento fundamental en la organización del movimiento obrero en América Latina, más precisamente los sindicatos.
Para empezar ¿Que es un sindicato? Veamos su significado etimológico: la palabra sindicato tiene sus orígenes en la antigua Grecia. Síndico es un término que empleaban los griegos para denominar al que defiende a alguien en un juicio. Más adelante se utilizó la palabra síndico para denominar aquello que afectaba a la comunidad o que era comunitario. La palabra está formada por el prefijo syn, que significa "con", más dike que quiere decir "justicia".
Es así como la palabra sindicato deriva de síndico y de su equivalente latino syndicus que significa "con justicia"; así se le designaba a la persona encargada de defender los intereses de un grupo de personas, o sea el procurador dedicado a la defensa de una corporación.
Desde la definición más estricta del Derecho Colectivo del Trabajo, el sindicato es una forma asociativa con características peculiares que nace del interés colectivo explícito de una pluralidad de personas para llevar adelante la realización de intereses considerados comunes.
La importancia de la política gubernamental siempre ha sido alta para los trabajadores organizados en América Latina y ha hecho que el interlocutor directo fuese el estado más que la patronal. Los actos de los sindicatos han ido dirigidos mayormente al estado, y las estrategias básicamente han sido de enfrentamiento o cooperación.
En los años treinta y cuarenta las exigencias de ampliación de la ciudadanía estuvieron estrechamente vinculadas a las luchas a favor de la institucionalización de los sindicatos obreros, que se consideraron a sí mismos como los representantes de las aspiraciones de una entidad mayor: “el pueblo”. La ciudadanía significaba, además del derecho al voto (masculino), el derecho a la dignidad personal y a un nivel de vida apropiado.
Las repercusiones políticas de la crisis económica de 1929 afectaron profundamente a la población trabajadora de América Latina al surgir la industrialización por sustitución de importaciones, cambiando la manera de centrar la atención en los conflictos políticos y económicos.
En el terreno político se lanzó una ofensiva general contra la dominación oligárquica y los sindicatos debieron reorientarse de acuerdo con estos nuevos movimientos políticos.
Durante ese periodo los líderes socialistas ocuparon la posición dominante dentro del sindicalismo , sobre todo en los sindicatos ferroviarios. Pero también los comunistas lograron un avance importante en los sindicatos de la industria cárnica, la construcción, textiles y metalúrgicos.
Atrás quedaba la fase de un “sindicalismo heroico”, combativo y contestatario formado por inmigrantes de la Europa pobre, que venían huyendo del hambre pero también de las experiencias autoritarias en sus países de origen, y que trajeron consigo un rechazo casi genético a la autoridad y que protagonizaron reclamos organizados inéditos en el contexto latinoamericano como las huelgas de la Patagonia liderada por los anarquistas.
Cuando Perón asumió la Secretaria de Trabajo y Previsión en 1943, estableció una serie de derechos laborales y logro encolumnar a casi todos los sindicatos bajo el paraguas del estado.
La estrategia peronista consistió en hostigar a los sindicatos independientes (léase no peronistas), fundar sindicatos paralelos y utilizar la influencia del Ministerio de Trabajo para recompensar con aumentos salariales a los sindicatos peronistas. El precio pagado por los sindicatos fue la paulatina sumisión al estado y la señal más clara de esto fue la promulgación de los “derechos del trabajador” que no contemplaba el derecho a huelga.
Basta recordar el desmantelamiento de la red ferroviaria y el aumento del comercio regional en el Mercosur para encontrar a los primeros en el crecimiento del gremio de los camioneros; y el achicamiento del rol del estado para encontrar a los segundos, docentes y estatales. No es casual que la CTA haya surgido de allí.
A esta altura queda claro que el sindicalismo argentino no da puntadas sin hilo. A las clásicas concesiones, por cierto bien peronistas, como el monopolio de la conducción, el control de las obras sociales y el manejo de enormes recursos, surgieron otras nuevas de inspiración menemistas como la participación de los sindicatos en nuevos negocios: trenes, salud, aseguradoras de riesgo de trabajo, etc. Nacía el sindicalista-empresario negociador del sudor de sus representados.
Tras la crisis de los años 2001 y 2002 el país se puso en pie de movilización, se levantaron sus sectores más vulnerados, los pobres más pobres, los in-visibles. Por la misma época en el resto de Latinoamérica y antes también, surgieron los llamados movimientos sociales, que no son representados por ningún sindicato por la sencilla razón de no tener trabajo.
El panorama actual del sindicalismo  es más impredecible de lo que parece, por lo menos en su relación con “los peronismos”. kirchnerismo, hoy Cristinismo, es un fenómeno que según los analistas, no encaja en ningún parámetro de la ortodoxia sociológica y politológica y que no tiene parangón en ninguna parte del mundo.
Además de la escasa renovación en la dirigencia poco han implementado en sus estrategias que siguen siendo las viejas de colaboración o enfrentamiento. También mantienen sus viejas estructuras. En primer lugar un sindicalismo que, salvo excepciones, es verticalista, acumulador de poder, escasamente democrático, negador del rol de las minorías (esto incluye a las mujeres).
Desde los comienzos de la organización del movimiento obrero, el camino recorrido por los sindicatos ha sido sinuoso y no exento de escollos. Las conquistas obtenidas por los trabajadores inmensas. Mucho se ha conseguido, es verdad y también queda mucho por hacer; empezando por legitimar la ostentación del título de representantes de los intereses comunes de los trabajadores.
Nadie pone en duda que el sindicato es una categoría socio- histórica y que, como tal, sufre ambiguos procesos de formación y transformación a medida que hace su historia y se transforma la sociedad de la que es expresión parcial.
Forman parte de la historia de una sociedad concreta, que se encuentra a su vez en continuo proceso de cambio, y el contexto en que se desarrollan impone límites y restricciones a sus estrategias.
No se intentó en estas páginas poner en categorías de "bueno" y "malo" a los sindicatos ni a sus estrategias y formas de actuación. Sí poner en relieve, por un lado, la posibilidad de ver que en nuestro país han existido cambios sustantivos que fueron acompañados por actores sociales que, al mismo tiempo, y como si se tratara de una burla del destino, se han visto claramente perjudicados. Nos referimos al conjunto de los trabajadores y sus organizaciones.
Los costos políticos internos pagados por el sindicalismo  ha sido, creemos, demasiado alto: desafección de las bases, caída de la participación, desaparición de listas alternativas, baja participación en las elecciones. Costos que, por otro lado, presumimos, no se compensan con los beneficios que pudo haber obtenido.
Por otro lado creemos que sí hubieron dirigentes gremiales dispuestos defender el interés de sus representados, no por su “bondad”, sino por contar con canales abiertos de participación y discusión que hacen imposible la imposición unilateral de decisiones y estrategias.

BIBLIOGRAFÍA  ·      
·         “Historia Latinoamericana 1700-2005”.
Gallego, Eggers-Brass, Gil Lozano.
Editorial Maipue.
·         “Estudios sobre los orígenes del peronismo”
Miguel Murmis y Juan Carlos Portantiero.
Editorial siglo veintiuno editores Argentina.
·         “Historia de América Latina” “Política y sociedad desde 1930”
Leslie Bethell. Tomo 12.

 Editorial Cambridge University Press. Crítica.

miércoles, 4 de octubre de 2017

¿Es posible que los servidores públicos puedan constituir sindicatos?

Blu Radio. Congreso de la República / Foto: Senado de la RepúblicaBlu Radio. Congreso de la República / Foto: Senado de la República

Un servidor público es aquel trabajador que brinda un servicio social, es decir que lo que realiza beneficia a otras personas y no genera ganancias privadas.


Juliana Morat, experta en derecho laboral y seguridad social, habló en BLU Al Derecho sobre la constitución de sindicatos y pliegos de peticiones en los servidores públicos del país.

“Actualmente, es claro, que en el sector público los empleados sí pueden presentar pliegos de solicitudes y sentarse con sus respectivas entidades empleadoras en una mesa de negociación”, explicó.

Morat mencionó que, en ese sentido, es importante aclarar que quienes ostentan una posición directiva no pueden sentarse a dialogar porque estarían representando directamente el interés del empleador y a su vez demandando su interés.

“Al momento de sentarse a negociar, tanto entidades como organizaciones sindicales tienen que ser muy respetuosas del presupuesto porque estamos hablando del erario público y este no tiene la misma libertad que el sector privado”, agregó la experta.

Asimismo, dijo que en el sector público solo se puede presentar un pliego y solo puede haber una mesa de negociación, mientras que en el sector privado no necesariamente debe ser así.

Finalmente, puntualizó que la mesa de negociación se desarrolla durante 20 días que son prorrogables durante 20 días más.

Bibliografia https://www.bluradio.com/judicial/es-posible-que-los-servidores-publicos-puedan-constituir-sindicatos

Editado por : Andrea Sanchez Lopez

La Huelga de pilotos es Ilegal

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